Así que, como sabemos, 2022 es probablemente el año más criminal de la industria de las criptomonedas. Para 2022 muchos intercambios y también los usuarios o simplemente los mineros fueron atrapados por los estafadores o hackers. Hoy hablaremos de las pérdidas de Australia.
En Australia existe una gran demanda para que las fuerzas del orden impongan más sanciones a los bancos vinculados a la criptomoneda, aumenten la responsabilidad de los bancos y busquen formas de acabar con los delitos relacionados con la criptomoneda.
Seguridad en Australia
Australia cuenta con una agencia de seguridad responsable de mantener la seguridad no sólo de la industria de las criptomonedas, sino también de cualquier otro regulador del sector.
Esta organización está al servicio de la Comisión Australiana, responsable de la protección de los consumidores. Se informó de que el año 2022 aún no ha llegado a su fin por el momento, los ciudadanos de este país han sufrido pérdidas debido a la delincuencia criptomoneda en la cantidad de poco más de 240 millones de dólares. ¿En qué clase de trucos han caído los ciudadanos de Australia?
Hasta ahora parece que los estafadores no han inventado nada nuevo, siguen engañando con la compra de «nuevos productos» en el mercado de las criptomonedas o con el clásico esquema piramidal de toda la vida.
El dinero robado es ya un 36% más este año que todo el año pasado. Según 2021, los estafadores consiguieron robar algo menos de 200 millones de dólares a los australianos.
Demanda australiana
Los defensores de los derechos humanos australianos son los que exigen la creación de bancos. Estas demandas son para que los bancos asuman la mayor responsabilidad posible para que puedan comprometer la mayor parte de las pérdidas a los australianos por haber sido sorprendidos haciendo trampa, así como para que decidan cómo lidiar con los defraudadores de criptomonedas.
Además de estos requisitos, había otra cláusula en la que se estipulaba que el banco debía verificar los nombres del remitente y del destinatario y a qué cuenta exactamente iban los fondos.
Por lo tanto, está claro que los derechos otorgados por los bancos y las bolsas de valores de que el consumidor asume toda la responsabilidad no funcionan y hay que encontrar un nuevo sistema para resolver el problema. Del análisis de las víctimas se desprende que son los inversores de 50 y hasta 65 años los que caen en el fraude.
También anteriormente se supo que la Policía Australiana y la Policía Federal Australiana han creado una nueva unidad especial y la han formado. El objetivo de esta unidad es luchar contra el blanqueo de capitales, y entre sus tareas está la de investigar las transacciones más sospechosas.